miércoles, 16 de agosto de 2017

Día 49 - 100 Días de Favor (Joseph Prince)

En devocional Joseph Prince nos muestra que no debemos enfocarnos en la ley sino en la obra consumada de Jesús.


Día 49
Enfócate en la Obra Consumada de Jesús

Versículo de Hoy
Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte
- Romanos 7: 9-10

En 1942, C.S. Lewis escribió un libro brillante titulado Cartas de un Demonio a su Aprendiz. Él cuenta la historia de un demonio veterano que le enseña a un demonio principiante como explorar las debilidades y fragilidades del hombre. A partir de esa misma perspectiva, me imagino que Romanos 7:9 es probablemente el versículo más estudiado y memorizado en el infierno. Todos los demonios principiantes aprenderían ese versículo y la conferencia sería titulada "Cómo generar un avivamiento de pecado". De acuerdo con Pablo, cuando introduces la ley, ¡hay un AVIVAMIENTO DEL PECADO! Y eso no es todo. Además de avivar el pecado, la ley también mata y genera muerte. ¿No es impresionante, entonces, que aún hay ministros bien intencionados que predican con firmeza los diez mandamientos, creyendo que la imposición de la ley conseguirá quitar el pecado?

La única manera de salir del círculo vicioso de la derrota es enfocarte en la obra consumada de Jesús.

De acuerdo con Romanos 3:20, "por medio de la ley es el conocimiento del pecado". En otras palabras, sin la ley, no habría conocimiento del pecado. Por ejemplo, tú puedes conducir a cualquier velocidad que desees en una carretera en la que no hay límite de velocidad y nadie puede acusarlte por exceso de velocidad. Pero cuando las autoridades establecen un límite de velocidad a esa misma carretera, pasas a tener el conocimiento, de que ir por encima de, digamos, 100 kilómetros por hora en esa carretera, estarás infringiendo la ley.

De la misma manera, Pablo dijo: "Porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás" (Romanos 7:7). Y por eso el enemigo siempre derrama acusaciones sobre ti usando la voz de un legalista. Él usa la ley y los mandamientos para mostrar tus errores, para llamar la atención sobre el hecho de cómo tu comportamiento te descalificó para tener comunión con Dios, y para apuntarte constantemente como no eres merecedor de la aceptación, del amor y de las bendiciones del Señor. El enemigo usa la ley para amontonar la condenación sobre ti y para darte un sentimiento de culpa y separación de Dios. Él sabe que cuanto más condenado y culpable vives, más probable es la posibilidad de que te sientas alejado de Dios, permaneciendo en ese pecado. La única forma de salir de ese círculo vicioso de derrota es enfocarte en la obra consumada de Jesús, que por su muerte en la cruz llevó tu condena y te calificó para recibir la aceptación, el amor y las bendiciones de Dios para siempre.

Oración de hoy
Padre, te doy gracias porque no hay condenación para mí porque estoy en Cristo. Te agradezco porque mis pecados han sido perdonados y tú me ves como justo en Cristo. Ayúdame a recordar siempre esas verdades eternas, sobre todo cuando el enemigo intente usar la ley para condenarme. Te agradezco porque hoy y todos los días, tengo Tu presencia, Tu amor y Tu aceptación constantes. 

Pensamiento de hoy
El arma favorita del enemigo para mantenerme derrotado es la ley. Entonces me enfocaré en la obra consumada de Jesús y no en mi propio esfuerzo.


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